Chile, de nuevo.

No es por faltarles el respeto a nuestros hermanos chilenos -que como hermanos que somos nos agarramos a las piñas cuando podemos, nos peleamos por lo que es de cada uno, y vivimos en una armoniosa discordia en lugar de aprender a imitar lo mejor de cada uno- pero su historia está llena de desgracias maravillosamente cinematográficas.

Luego de Viven! la desgracia golpea a nuevamente a los chilenos, ahora en lugar de estar a mil doscientos pies de altura, están a 700 metros bajo tierra.
33 mineros, 4 meses para el rescate, 1 refugio. Flor de reality, che!

Si a todo esto le sumamos una carta del centro de la tierra -que a pesar de las explicaciones oficiales no tenemos idea de como llegó a la superficie- escrita en letras rojas, grandes, sumamente claras y televisables, en manos del mismísimo presidente chileno, para conmover a millones de espectadores; le ponemos una pizca de catástrofe, culpando a un movimiento sísmico; sacamos entrevistas con familiares de las víctimas. Clinc caja!

¿Se acuerdan de Roswell? es un pueblo (o ciudad, o algo asi) de EEUU dónde se hacían investigaciones sobre ETs y OVNIS. Y que gracias a la magia de Chiche Gelblung pudimos ver en televisión, la salida a la luz de estos viejos archivos yankees.

Cualquier semejanza con la "imágen" del minero chileno, es pura coincidencia.

La pregunta morbosa: ¿se viene el merchandising?

Yo creo, que si logran salir con vida de ahí abajo (que debe ser lo más parecido al infierno en vida) va a ser una gran estrategia de mercado.
En caso de que no lo hagan, serán héroes del Estado Chileno.

Y es que al fin y al cabo son héroes: de esos que se levantan a diario temprano y arriesgan su vida en su trabajo para llevar un pan a su familia, mientras los empresarios que mandaron a hacer las excavaciones no tomaron las precauciones necesarias. Bueno, quizás si. Eso no lo se. Pero siempre queda bien elegir entre buenos y malos. No nos olvidemos como empezó este post: con una película.