De las noches y los taxis.

Yo entiendo perfectamente que no hay que beber y conducir. Entiendo que es peligroso y que ante una eventualidad el seguro no paga. Entiendo que si la policía me detiene puede quitarme el auto o el registro.

Entonces yo que soy una persona responsable, cuando pululo la noche porteña, no manejo. Bueno, no manejo nunca ya que no tengo ni auto ni registro, pero si lo tuviese seguramente obraría igual. Tomo un taxi.

Pero, ¿quién me cuida?. Nadie. Vuelvo a casa con un taxista que está más puesto que yo. Que no distingue el rojo del verde, la esquina de la mitad de cuadra. ¿Y quién lo controla?

Prefiero un auto conducido por un ebrio conocido que por uno desconocido. Si la opción a no tener un conductor ebrio, es tomar un taxi, Exijo que se imponga algún tipo de control sobre los taxistas.

Es por el bien y la seguridad de todos.

Desde ya, muchas gracias (?)

A caballo

Me pasó algo genial.

Curso a la noche, asi que cuando llego a casa por lo general tengo ganas de tener la cena lista y obviamente eso nunca ocurre.

Por lo general, en clase, alrededor de las 8:30 o 9 de la noche, a alguien se le ocurre hacer algún tipo de comparación culinaria. Y cual perro de Pablov mis jugos gástricos se aceleran y la sangre de mi cuerpo se dirige hacia el estómago. Entonces no sólo tengo hambre sino que también se reduce mi capacidad de prestar atención ya que me llega poca sangre al cerebro. Y en lo único que puedo pensar es en comer.

Pero hoy...HOY! me pasó algo mejor. Sin referencias a la comida, alguien dijo algo de "a caballo" y ahí estaba yo.. pensando en un huevo frito sobre unas papas fritas, o sobre una milanesa o sobre un bife.

Me puse contenta, sonreí.

Tengo un bife! voy a cenar bife... y como si esto fuera poco tengo huevos!!!!

Y eso no es todo. Claro que no. Como cereza en la cima del postre, tengo pan!

Para el que no entiende nada de huevos fritos, paso a explicar: el pan es sumamente indispensable para ser mojado lentamente en la yema del huevo. Cuando el pan absorve ese jugo amarillento y suavemente lo llevamos a nuestra boca ocurre el milagro: estamos disfrutando de un huevo frito.

Si. y hoy ceno bife a caballo.

Creo que la única forma de ser feliz "a caballo" no es montar a pelo por la costa de una playa desierta, sino mojando el pancito.

Salud! y buen provecho.

sueños melancólicos

Soñé que iba al supermercado con mi papá. Que me encontraba con cosas de mi infancia. Entre las cosas normales del super, había un Marvin de madera, que se convertía en una ranita de cantaniño, en muy buen estado, que supuestamente alguna vez tuve.

Después encontré un montón de ranas que me faltan para mi colección.

Entonces estaba yo ahí, llenando mi carrito de cosas que ya me había olvidado que alquna vez quise.


Entre tanta melancolía onírica, quise saber que carajo fue todo eso. No entiendo. No le veo sentido. No creo que me haya dejado nada.

Pero siento esa maldita obsesión, esas ganas locas, de ir a comprar ranas...

Retorcido

Y ahí estaba yo, escuchando música clásica, esperando que se me caiga una idea, o una motivación.
Jugando a que podía opinar, jugando a que sabía algo, hice una observación: Me gusta más Bach que Chopin.

¿Pero que sabía yo de Chopen o de Bach como para opinar? Había escuchado algunos temas de fondo, sin prestar la atencion adecuada. De hecho si me ponen ahora dos temas, no sabría distinguir cuál es de cual.

Pero dije: Me gusta más Bach que Chopin. Y nuestros gustos, por más instintivos que sean, si son sinceros, nos permiten averiguar cosas de nuestra personalidad.

Me gusta racionalizar las cosas. Y la parte emocional de mi cerebro se la pasa a las patadas con mi razón. A veces gana una, otras, la otra. Y así voy yo, fluctuando por emociones que no puedo comprender y que mi intelecto me dicen que no tienen sentido. Mas yo lloro o río, según. O peor, a veces siento que ya no puedo sentir nada.

El tema es que me gusta más Bach que Chopin. Y ¿qué hice? recurrí a la investigación. Obviamente entrecomillada, obviamente a googlear y a wikipedear.

Sólo unos datos bastaron.

Chopin es un representante del Romanticismo musical. Y dice wikipedia: "El romanticismo como movimiento global en las artes y la filosofía, tiene como precepto que la verdad no podía ser deducida a partir de axiomas, en el mundo había realidades inevitables que sólo se podía captar mediante la emoción, el sentimiento y la intuición. La Música del Romanticismo intentaba expresar estas emociones."

Insisto, soy una persona racional, en lucha contra estas emociones.

En cambio, Juan Sebastián, perteneció al Barroco: "El término barroco se tomó de la arquitectura (donde designaba algo «retorcido», una construcción «pesada, elaborada, envuelta», siendo el significado original del término un lusismo que describía una perla deformada o joya falsa). En el siglo XVIII se usó en sentido peyorativo para describir las características del género musical del siglo anterior, que se consideraba «tosco, extraño, áspero y anticuado»."


Tosco, extraño, áspero y anticuado.

Eso, soy yo. Y por eso, me gusta Bach.

Chile, de nuevo.

No es por faltarles el respeto a nuestros hermanos chilenos -que como hermanos que somos nos agarramos a las piñas cuando podemos, nos peleamos por lo que es de cada uno, y vivimos en una armoniosa discordia en lugar de aprender a imitar lo mejor de cada uno- pero su historia está llena de desgracias maravillosamente cinematográficas.

Luego de Viven! la desgracia golpea a nuevamente a los chilenos, ahora en lugar de estar a mil doscientos pies de altura, están a 700 metros bajo tierra.
33 mineros, 4 meses para el rescate, 1 refugio. Flor de reality, che!

Si a todo esto le sumamos una carta del centro de la tierra -que a pesar de las explicaciones oficiales no tenemos idea de como llegó a la superficie- escrita en letras rojas, grandes, sumamente claras y televisables, en manos del mismísimo presidente chileno, para conmover a millones de espectadores; le ponemos una pizca de catástrofe, culpando a un movimiento sísmico; sacamos entrevistas con familiares de las víctimas. Clinc caja!

¿Se acuerdan de Roswell? es un pueblo (o ciudad, o algo asi) de EEUU dónde se hacían investigaciones sobre ETs y OVNIS. Y que gracias a la magia de Chiche Gelblung pudimos ver en televisión, la salida a la luz de estos viejos archivos yankees.

Cualquier semejanza con la "imágen" del minero chileno, es pura coincidencia.

La pregunta morbosa: ¿se viene el merchandising?

Yo creo, que si logran salir con vida de ahí abajo (que debe ser lo más parecido al infierno en vida) va a ser una gran estrategia de mercado.
En caso de que no lo hagan, serán héroes del Estado Chileno.

Y es que al fin y al cabo son héroes: de esos que se levantan a diario temprano y arriesgan su vida en su trabajo para llevar un pan a su familia, mientras los empresarios que mandaron a hacer las excavaciones no tomaron las precauciones necesarias. Bueno, quizás si. Eso no lo se. Pero siempre queda bien elegir entre buenos y malos. No nos olvidemos como empezó este post: con una película.

El origen (obvio que cuento el final asi que si te importa no leas!!!! )

Es muy simple. No da.
Debería haber una ley contra la aparición de actores más de 2 horas en una película. Una vez, está bien. ¿Dos? No funciona. Y no es que me haya molestado la actuación Di Capriense, que de Titanic hastá acá se nota que creció muchísimo. Lástima, y siento que es menester aclarar -porque este es mi blog y aclaro lo que se me canta- que la cabeza de Leo está cada vez más grande y parece que se le va a caer de los hombros.
De todas formas me sentí estafada. ¿Pasé 3 horas en el cine, a fuerza de no ir al baño, para ver esa conclusión tan PEDORRA?

Si, sí voy a reconocer, está muy bien filmada. Tiene unos efectos muy bonitos. Y Joseph Gordon Levitt jugando a ser Fred Astaire: Chapó.

¿Pero todo era un sueño? Una parte, está bien. ¿Pero todo?
No, no me quedé sentado cuestionado que cosas son reales y cuales no. El único indicador de la realidad es el trompo. O no?
Si el se despierta del trabajo que lo llevará a casa, pero casa es un sueño, entonces todo lo demás también. Y si todo, TODO, es un sueño. Si este mundo de personas altamente calificadas para meterse en nuestro cerebro y robarnos ideas o implantarlas, es un sueño. Entonces: ¿para que vi la película? Osea, no sos ciencia ficción, no sos terror, no sos un drama ni una romántica... ¿que sos? quizás haya que crear una nueva categoría y OJO con confundirla con el surrealismo. Películas Oníricas. Peliculas que te mantienen atrapado y en cuyo final se devela que todo fue un sueño.

¿Falta de compromiso del escritor? ¿Conclusión tranquilizadora para no tener pesadillas? ¿Idea de la producción?

Esta peli me dejó ese sinsabor, de no tener ganas de hablar de lo que recién había visto. De no tener ganas de analizar, porque al final, si todo, TODO, es un sueño, ¿qué más da?

Si, la vida es un sueño, pero prefiero como lo cuenta Calderón de la Barca.

Sueños

soñé que buscaba un par de medias. De unas medias que tengo 2 pares iguales. tenia 3 medias. me faltaba siempre una. ahora encontraba un par. y la que sobraba ya no estaba, asi que no me molesto. estaba contenta, tenia mi par de medias y no me faltaba ni sobraba ninguna media.

Soñe que hacía mal mi trabajo. nada que no pueda salvar. pero despues de tanto años haciendo lo mismo, me daba mucha verguenza.

Soñe que escribia en la pc.que la pc estaba leeenta y yo escribia muy rápido. En la pantalla no aparecía nada, y de repente aparecía todo. Una y otra vez, cosas que habia escrito.

Sálvame Freud

No quiero ver

El señor estaba en el piso. Semi recostado.
El color de su piel hacia juego con su ropa.
Agradecí estar resfriada porque seguramente debía oler mal.
Abrió los ojos. Parecían cubiertos por una capa de algo viscozo.
Rápidamente los cerró, se tiró. Siguió roncando.
Emitía ruidos extraños.

Todo lo que pensé es que lo tendrían que sacar de ahí.
No podía pensar en otra cosa.
No me importaba si iba a parar a un lugar mejor o al medio de la ruta.
Pero que lo saquen.
No quería verlo.

Supongo que tiene que ver con crecer
Hacerse adulto es a veces una consecuencia del síndrome de estocolmo.

Aceptar el mal que nos imponen como si lo mereciéramos. Festejar nuestros triunfos cómo una victoria. Y avanzar, a fuerza de no mirar para los costados, avanzar. Avanzar por el risco, felices de llegar a una cima impuesta por vaya a saber quien.
Felices de nuestros logros.

Mirar para abajo nos puede marear. Así que mejor no mirar.