01 noviembre 2010

falafel

No era algo que le gustaba, de hecho nunca lo eligió. Esas bolitas de pasta de garbanzos empanadas, no le parecían una maravilla. Por lo general las servían frías y eso les quitaba el gusto. Adentro de un pan de pita, con algunas verduras y alguna salsa. No era la octava maravilla. Siempre prefirió un buen bife con ensalada. Pero esta vez sentía la necesidad de alimentarse con eso.
Era una bomba. Pan, más garbanzos, más frituras. No es una comida como para salir a correr después, sino para quedarse sentado, lejos de la gente, por las dudas.
En otras ocasiones tuvo la oportunidad de comerlo. Pero nunca lo eligió. Y hoy necesitaba saber que podía, porque tampoco lo hubiera hecho. Pero recordó que no. Que no hay puestos callejeros de venta de falafel a la vuelta de la esquina. El saber de la no oportunidad le llenaba de angustias.
Pero sabía que la próxima vez que estuviese cerca de ello, se iba a desquitar. Aunque en ese momento no lo prefiera, aunque esté con gente. Y aunque lo sirvan frío y no lo disfrute

2 comentarios:

Anónimo dijo...

haha

efa dijo...

realmente un gran texto breve! No podría agregar más